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Diario de una runner wanna be - El reto llegó antes!

Por: Liliana Montalvo

Después de casi seis semanas de entrenamiento en donde he encontrado las inesperadas ventajas del ejercicio, ejemplo dormir como un bebé, disfrutar de tomar agua,  y una paz y tranquilidad bastante agradable, me llegó mi gran reto sin buscarlo, y aunque no es  realmente lo que tenía en mente sirvió para darme cuenta de lo valioso de mi cuerpo, mis límites y cuán “ fit” se puede estar en seis semanas.

Spartan Race 2016 Super 14km, si una carrera en medio de la nada Picton NSW, a más o menos 13°C a las 6:30 am. Mi aventura comenzó en sábado a las 4:00 de la mañana para tomar el tren en donde me reuniría con mis amigas (mejor dicho amigas-máquinas) que me envolvieron para participar en esta carrera. Empezamos en la segunda oleada matutina a las 7:00 am y me pareció que correr en el campo con el entrenamiento que había estado siguiendo religiosamente sería suficiente para esta primer aventura… gran error!!!!

Después de correr los primeros 200m, vino el primer obstáculo (para aquellos que no sepan, como yo, la Spartan Race incluye obstáculos por superar a lo largo del recorrido y son la parte “divertida” del camino, de otra forma seria una carrera normal), este fue nada más y nada menos que atravesar un sucio y muy frio lago artificial de alrededor de 20m, a partir de ahí y por las próximas 3 horas agradecí cada kilómetro recorrido durante las últimas seis semanas, cada minuto invertido en Tabata y cada gota de sudor derramada en mi nueva clase favorita “Fat burning pilates”.

Hice casi 4 horas recorriendo esos 14 kilómetros, que en ningún momento fueron verdes planicies dignas de postal, por el contrario,  pequeñas y empinadas colinas que me recordaron mis días de secundaria subiendo el Tepozteco, sendas con cantidades industriales de lodo y pequeños canales de agua sucia que me hicieron aguantar la respiración de vez en cuando y por momentos pensar “a ver si no me enfermo de tanta porquería que hay aquí”

Si bien mi condición física me permitió terminar la carrera, y se lo debo a cada minuto invetido a mi entrenamiento,  me di cuenta que aún no estaba lista, dicho entrenamiento inconcluso fue indispensable para que no muriera en el intento, y mis amigas-máquina que tan gentilmente me esperaron cada vez que necesitaba recuperar el aliento me enseñaron que esto del ejercicio se llama “paciencia y constancia”.

Estuvo divertido no lo voy a negar, pero aún falta mucho pero mucho camino por recorrer para volver si quiera a pensar en una Spartan Race, regresare a terminar la semanas que me faltan para correr esos 10km sin detenerme y corriendo en superficie, no plana al 100%, pero con grado de inclinación aceptable para principiantes, espero que me tome menos de 2 horas eso si y que sea tan gratificante como lo fue recibir la medalla por haber terminado la carrera que denomine del infierno. Aunque la Spartan Race está fuera de mi pensamiento, sí llego a mi mente un nuevo reto, mismos 14 kilómetros pero esta vez enfocados, nos vemos el 14 de Agosto City to Surf.

Mientras a seguirle dando a la vida y a los kilometros…

¡Metas, metas y metas!

Diario de una runner wannabe - Fijando el rumbo