Por: Alejandro Ortiz Tapia
Han pasado un montón de acontecimientos que se podrían etiquetar como 'históricos' por su impacto que tiene y tendrá en futuras generaciones. A mi me afectan directamente porque soy un Mexicano viviendo en territorio Estado-Unidense.
Me ha sido muy difícil ordenar mis pensamientos alrededor de este tema por el contexto de mi situación pero entiendo que aquel que no se pronuncia y se queda callado frente algo así se vuelve cómplice.
El día 21 de Enero hubo una protesta en Washington DC llamada "women's march" donde todas las personas que han sido insultadas por la retórica de las últimas elecciones fueron invitadas a protestar por las formas en que el país se conduce. Ese día me paré por un par de horas frente a la Casa Blanca sosteniendo un mensaje que de igual manera puede ser muy insignificativo para incitar un cambio, pero tengo la esperanza que hayamos prendido la flama de la esperanza.
Durante la marcha muchas personas se pararon y me ofrecieron un abrazo seguido de una disculpa por los insultos que hemos recibido. No era necesario.
El día de ayer (Miércoles 25 de Enero) fue firmada una acción ejecutiva que pone el inicio al proyecto de un nuevo muro divisor entre México y USA. Un muro físico que pretende aumentar la seguridad de los Americanos sin tener datos concretos que indiquen en que manera ayudará y desató lo que hasta ahora se visualiza como una ruptura de relaciones entre los dos países.
Parece una situación bastante complicada, pero son las cosas que le dan sabor a la vida, vivimos en el mejor momento de la historia: el presente. No olvidemos que cada uno de nosotros podemos ser un agente de cambio, podemos ser una pequeña llama que enciende el cambio sabiendo que lo único que no podemos perder es la esperanza.