Por: Alejandro Ortiz Tapia
Después de las experiencias (mejor dicho fiascos) que tuve en en los maratones de Rock n Roll DC y Shamrock (Virginia Beach) no tenía muchas ganas de volver a correr ni escribir acerca del tema.
Necesitaba un descanso físico y mental y por primera vez en bastante tiempo por una semana consecutiva no corrí ni un solo kilómetro.
Debo de decir que lo disfruté mucho pero extrañé mucho correr. Extrañé el planear mis rutas antes de cada entrenamiento, extrañé el cansancio tan rico que se siente después de cada entrenamiento y en algunos puntos de mis días me sentía como hubiera perdido algo muy importante. Estoy convencido que hasta mi humor llegó a cambiar un poco.
El sentimiento que experimenté puedo compararlo sólo a la etapa previa a casarme: hubo un tiempo que no sabía si realmente eso quería hacer de mi vida (creo que es algo por lo qué pasa cualquier persona en el universo) y terminé la relación que tenía con Hannah por uno meses... La extrañé mucho y valoré la cosas que tenía y casi pierdo. Ese es lo más cercano a lo que sentí en los últimos días. ¿A lo mejor me tengo que casar con mi running? 😂
Esta vez es la primer vez que he entrenado (casi por 3 meses) y no usé ese entrenamiento para "nada". Y pongo nada entre comillas porque lo único que no hice fue recibir una medalla más por correr un maratón, pero corrí dos medios maratones en dos fines de semanas seguidos. Mejoré mi mejor tiempo en las 10 millas por varios minutos y he aprendido algo nuevo en este deporte; además que no me he enfermado de nada. He aprendido que en las derrotas y caídas (que espero no sean literales) es donde se aprende más que en la victorias, porque en la ahí es donde se saca la actitud y el carácter. Puedes dejar que la última experiencia (carrera) defina quien eres o puedes reinventarte y salir con una nueva actitud depués de caer.
Por ahora en mi mente sólo tengo un objectivo: New York City Marathon.
¡MARATON... nos vemos en Noviembre de nuevo!
No olviden salir a correr 🏃🏻 💨