Por: Alejandro Ortiz Tapia
¡Ya se acabó el 2017 y tenemos año nuevo! Es la época donde muchos seguimos usando 2017 en la fecha para luego corregirla.
La mayoría de las personas hacen listas de resoluciones que no es nada más que una lista de cosas que nos gustaría mejorar de nuestro día a día. Buenos deseos y esperanzas que tenemos para los siguientes trescientos sesenta y cinco días que vienen por delante. Yo he seguido la tradición anteriormente (traducción: Yo me he trepado al tren del mame también) y algunas veces he cumplido con mis propósitos de año nuevo pero muchas veces también se han quedado solo en buenos deseos.
Es por eso que este año no hice una lista de cosas. No sé si fue por apatía, por falta de tiempo o simplemente porque no pude pensar en una lista de cosas que valiera la pena esforzarme a crearla. La única cosa que me gustaría mejorar es querer escribir más seguido. Creo que ha sido uno de mis propósitos más constantes sobre los años pero mi esfuerzo cae poco a poco con cada mes que pasa. Y honestamente cada vez que me hago ese próposito siempre me deja con el sentimiento de un obeso que jura que ira al gimnasio cada dia.
Me gusta escribir mucho desde que era pequeño porque era mi manera de canalizar todos los eventos que pasaban a mi alrededor, el documentar las cosas desde de mi punto de vista siempre se me ha hecho como una aventura. El poder revivir cosas que ya han pasado desde otro ángulo cuando se lee alguna historia me parece un poco mágico; que el autor pueda imprimir su sello en la manera de contar algo como dejando un poco de él en cada letra.
Ya cuando era más grande (de edad) usaba mucho el escribir hasta para comunicarme con mi mamá en casa y (obviamente) lo usaba también en mi vida diaria. Llegué a escribir cartas a las novias de mis amigos porque mis ellos me lo pedían: "escríbeme una carta para mi novia..." Supongo que siempre les dió resultados porque llegué a hacerlo muchas veces.
Una vez que empecé mi blog me gustó mucho la idea de que no tenía ningún límite sobre las cosas que podía escribir, no había un tema general así que un día podía hablar de un chiste que me pareció chistoso y al otro sobre las cosas mas importantes de mi vida.
Cuando cerré aquél blog y abrí este (Corriendo Sin Rumbo Fijo) sin querer me di cuenta que me fui limitando poco a poco de las cosas que podía hablar abiertamente. Siento que me puse una censura hacia ciertos temas mas allá del correr... y es por eso que mi único propósito de año nuevo es muy sencillo: escribir más.
Estas fiestas navideñas y de año nuevo me recargaron de energia aún cuando la entrada del año nuevo no está ligada con ningún evento astronómico pero la esperanza y los buenos deseos de hacer cosas que nos ayuden a mejorar y nos hagan más felices no se puede dejar pasar sin aprovecharse.
Que tengan un feliz año nuevo lleno de nuevas aventuras y muchos kilómetros recorridos.
¡Y no olviden salir a correr! 🏃🏻♂️💨
Diciembre y su carrusel de fotos:
Desde mi lesion en el pie, pasando por la gripa y tos, hasta las fiestas y su comida.