Por: Alejandro Ortiz Tapia
Este post lo escribí hace exactamente más de un año y es un ejemplo de cómo voy dejando ideas sin terminar o cómo cambio algunas cosas de algún texto después de escribirlas para después sentir que han perdido todo su sentido original.
Trate de cambiar lo menos posible este texto para que se entienda un poco mi frustación de querer escribir más.
************************************************
De vez en cuando tengo la oportunidad de sentarme y escribir sin límites. Comienzo a vaciar mis ideas en hojas blancas, las leo mientras las escribo y siento cómo llevan inherentemente mi carácter y mi pasión por las cosas de las que hablo, luego termino avergonzándome de la mitad de las cosas que veo y comienzo a borrar y a corregir para que la lectura sea más fluida y tenga más sentido.
Despues corrijo algunas de los acentos que olvide añadir, una coma ahí y acento por allá. Me doy cuenta que algunas de las ideas no tienen tanta relación con lo que era mi tema central. Trató de continuar y empiezo el siguiente párrafo... pero la idea ya no es la misma ni la pasión, regreso a leer lo primero que escribí y ya no tiene tatuado mi esencia, ahora son solo oraciones con cierta lógica.
Desgraciadamente cuando ya he alcanzado este momento de frustración, ya he callado esa pequeña voz dentro de mi que me pide escribir y vaciar constamente mi mente en forma de letras.
No olviden salir a correr … si no pueden escribir (como yo).