Por: Alejandro Ortiz Tapia
Hace 12 años escribí esto y lo publiqué en Facebook y no quería que se perdiera.
(Feb 13, 2010)
Estos días me han ayudado. La reflexión ha sido grande, si tan sólo pudiera recordar las cosas sobre las que he reflexionado. Mi memoria ha sido también afectada ya. Lo que sí me ha quedado es la huella del ejercicio extremo, el dolor de piernas, de muslos, de antebrazos... de la memoria.
Repaso la automática rutina de los días, y me asusto de las veces que pudiera mover el botón de las funciones automáticas a un estado con mayor voluntad propia.
Hay varias válvulas de escape por las que mi mente se escapa, y una de ellas es la música que escucho. Hoy escuchaba la introducción que cierto cantante daba antes de su interpretación, la historia interesante de un encuentro que sacude tu vida. Inevitablemente me llevó a pensar en Joaquín Sabina y aquella canción "Y nos dieron las diez...", y de cómo esas pequeñas historias van construyendo más nuestras vidas que los cuentos largos y desgarradores que nunca te dejan de perseguir como fantasmas.